«Fue una de las mejores corridas que se a celebrado en el coso taurino de la malaguetaa; los protagonistas fueron :Luis Miguel y Ordóñez actuaron como si fuese lo más serio de su vida». Así se expresa el escritor estadounidense Ernest Hemingway en su obra 'El verano peligroso' y resume uno de los acontecimientos taurinos más destacados que ha visto La Malagueta en sus 133 años de historia: el mano a mano entre dos grandes figuras del toreo, los cuñados Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez. La efeméride tuvo lugar en Málaga el 14 de agosto de 1959.
Esto dos grandes toreros fueron participe durante un tiempo de unos duelos taurinos por toda España.
Antes lo hicieron en Valencia y Zaragoza, donde comenzó un enfrentamiento que luego se repetiría en cosos como los de Ciudad Real y San Sebastián, entre otras plazas. Testigo de excepción de aquella temporada fue Hemingway. Su biógrafo, Andrés Arenas, dijo recientemente en Málaga que el escritor «planteó ese verano como una lucha a muerte entre los dos, con una visión para los 'guiris' americanos de que Dominguín y Ordóñez iban a morir en el ruedo para ver quién cogía el número uno. Era una visión un poco de ficción, porque no olvidemos que los dos toreros eran cuñados». Efectivamente, el rondeño se casó con una hermana de Dominguín, Carmen, el 19 de octubre de 1953.
La corrida de Málaga estaba incluida dentro de la feria para el 8 de agosto. Sin embargo, las cogidas que sufrieron Luis Miguel Dominguín en Valencia y Antonio Ordóñez en Palma de Mallorca obligaron a aplazar el esperado mano a mano. Éste se celebró fuera del ciclo, en una corrida benéfica extraordinaria organizada por la Diputación Provincial.
Ese aplazamiento no hizo más que acrecentar la expectación que ya habían levantado los dos toreros. Fotografías y testimonios de aquella tarde evidencian que en el coso del paseo de Reding, y a pesar del fuerte calor, no cabía un alfiler. Había, incluso, espectadores colgados de las columnas de los pisos superiores de la plaza. Los tendidos numerados se llenaron casi una hora antes del inicio del festejo, que fue a las 18.15 horas. Y mucho antes, las localidades no numeradas. Nadie quiso perderse tan magno acontecimiento.
En una barrera del coso presenció el festejo el prestigioso periodista y escritor norteamericano Ernest Hemingway. Los toros fueron de la ganaderia de Juan Pedro Domecq y Fueron muy bravos. El nombre de los toros fueron :" 'Holandero', 'Juglero', 'Jocoso', 'Haraposo', 'Jabato' y 'Vistoso'. El color del traje de "Luis Miguel Dominguín " ERA DE Blanco y azabache. Y EL DE "ANTONIO ORDONEZ " ,ERA DE "Malva y oro ".
El éxtasis se apoderó de la plaza. Todos tenían la impresión de haber vivido un momento histórico. Al término del festejo, los aficionados se tiraron entusiasmados al ruedo para alzar en hombros a los toreros y al mayoral de Juan Pedro y sacarlos así por la puerta grande. A los dos diestros los llevaron al Hotel Miramar, donde estaban hospedados. Reding se convirtió en un paseíllo triunfal con las aceras y calzada atestadas de gente. Cuentan las crónicas que otros, camino de sus casas, iban dando muletazos por el Parque abajo. «La tarde de toros que nos dieron el menor de los Dominguines y el hijo de Cayetano fue de las que se recordarán cuando pasen muchos años».
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