QUE TE PARECE ESTE BLOGS

HAZTE SEGUIDOR DEL BLOG

25 de abril de 2012

HISTORIA DE LOS CANTES DE MALAGA

.Panda verdiales.jpg


Los Cantes de Málaga o el flamenco en Málaga refieren la totalidad de estilos o palos flamencos que son originarios de Málaga y su provincia.Málaga es una zona geográfica del cante flamenco y cuna de este arte junto con otras zonas como Cádiz y los PuertosJerez o Sevilla. La totalidad de las zonas referidas, más otras de la geografía andaluza, comprenden la "Geografía del Cante". Como zonas claves para el desarrollo y creación de estos cantes se destacan barrios populares como El PerchelLa TrinidadCapuchinosEl MolinilloLa GoletaLa Cruz VerdePedregalejo o El Palo en la ciudad de Málaga y todas las comarcas de la provincia, que tienen alta tradición flamenca, como el Valle del Guadalhorce, la Axarquía, la Serranía de Ronda o la Comarca de Antequera y entre sus pueblos ÁloraRondaCoínAntequeraOjénVélez-MálagaAlhaurín de la TorreCasarabonelaEstepona o Casabermeja por citar algunos y que en su mayoría tienen consolidados e importantes festivales de flamenco.

Los Verdiales son cantes que, a pesar de que gozan de buena salud en nuestros tiempos, fueron creados en los Montes de Málaga hace cientos de años y aún así conservan su particular característica fiestera, y los adornan instrumentos como los violines y las panderetas que lo acompañan. Los verdiales son la más antigua concepción del fandango andaluz. Cogiendo como base los verdiales, el cantaor Juan Breva(Antonio Ortega Escalona) inventó los fandangos abandolaos, uno de los fandangos primerizos, que los expertos en flamenco denominan "Cantes de Juan Breva" y que serían el origen de la actual MalagueñaJuan Breva es, según los expertos, una de las grandes figuras de la historia del flamenco. La malagueña, además, será origen de la Granaína y de los Cantes de Levante.
La Malagueña es el estilo de cante que más destaca en Málaga y está fuertemente asociada con el pueblo de Álora, ya que se lo considera como "cuna de las malagueñas". En base a ello, y con toda lógica, se ha dicho que si a las malagueñas primitivas se las llamó perotas es en razón a que a los naturales de Álora se les llama perotes. Es un estilo que cuenta con una variadísima gama de variantes personales, en la que su creador dejó el sello con su nombre con el que se le conoce en la historia del cante flamenco, y así tenemos malagueñas de El Canario, deLa Trini, de Enrique el Mellizo, de Fosforito el Viejo, de Antonio Chacón, entre las que marcaron estilos definidos a pesar de la infinidad de los mismos para interpretarlas.

La Rondeña tiene esta denominación porque se creó en la Serranía de Ronda, aunque otros entendidos en la materia piensan que el topónimo proviene de ser recitada en las rondas de la noche. Aunque no haya total consenso, lo que sí es cierto es que es uno de los fandangos malagueños más viejos. Hay flamencólogos que la clasifican como bandolá, pariente posterior de los verdiales, y en este sentido, con muchos detalles a pesar que las primeras eran un poco más pausadas.

La Jabera se refiere a un fandango malagueño muy especial debido a su acompasamiento y sus notas ligadas. Siempre se ha pensado que se debía esta palabra a dos hermanas del barrio de La Trinidad de Málaga que, a principios del siglo XIX, tenían una carreta de habas y cantaban por este palo pregonando su producto. Esto degeneró en la palabra "jabera" debido al acento andaluz. También se piensa que "jabera" que es procedente de jábega, que es el nombre que se da en Málaga a una embarcación de pesca tradicional.

Esto llega al cante por Jabegotes, que es un cante de los marineros de estos barcos para coordinarse a repasar las redes de pesca, en momentos de sosiego en la playa, especialmente en los barrios de Pedregalejo y El Palo. Este último cante es posible que sea la bandolá más antigua, es la más lenta y denominada también como cante de los marengos

Esto llega al cante por Jabegotes, que es un cante de los marineros de estos barcos para coordinarse a repasar las redes de pesca, en momentos de sosiego en la playa, especialmente en los barrios de Pedregalejo y El Palo. Este último cante es posible que sea la bandolá más antigua, es la más lenta y denominada también como cante de los marengos


20 de abril de 2012

HISTORIA DE LA CATEDRAL DE MALAGA

CATEDRAL  DE MALAGA

FACHADA  PRINCIPAL DE LA CATEDRAL DE MALAGA

ES  NUESTRA  CATEDRAL  EL  MONUMENTO   QUE  MAS  PRESTIGIO  NOS  A  DADO  DESDE  SU FUNDACION Y  ES EL  BUQUE  INSIGNIA  DE LA  CIUDAD
La historia de la Catedral está íntimamente relacionada con la mezquita Mayor sobre la cual fue construida, entre 1528 y 1782, englobando actualmente el edificio del Sagrario, lienzos de la primitiva mezquita y encontrándose también trazos en la galería que une el Sagrario con la Catedral, precisamente en el lugar en que se encuentra hoy día el museo. La Aljama mayor, según cuenta Ibn Batouta, que visitó Málaga en 1360, era muy grande y célebre por su santidad. De su conjunto, destaca en especial el patio, sin igual en belleza y cuyos naranjos eran altísimos. Hay referencias a la existencia de la « Madrasat al Utma», que algunos comparan, incorrectamente, con una universidad aunque se le asemeja en el hecho de ser también un centro de enseñanza. En ella sobresalió el erudito tangerino Mohammed Sen Jusuf Sen Umar.
La ubicación exacta de la Mezquita es desconocida. abarcando probablemente el hoy día Sagrario, el jardín y la torre, como asi mismo, las capillas del Cristo de los Niños, Cristo de la Buena Muerte, San Rafael y Nuestra Señora de las Angustias, formando el conjunto limitado por el Patio de las Cadenas. En el jardín de hoy había un huerto de naranjos, mencionado en el Libro de Cabildos. Nada se sabe en concreto sobre las puertas. Medina Conde afirma que había, además de la puerta principal que daba a lo que hoy es la calle Molina Lario, una puerta lateral abierta sobre lo que es actualmente la calle de Císter.
La tradición dice, además, que al entrar los Reyes el 19 de agosto de 1487, llevaron en solemne procesión la imagen de Nuestra Señora de los Reyes, imagen que les acompañaba en todas sus expediciones y que ostentaba todas las joyas de la reina Isabel, mientras Su Majestad iba detrás, descalza y humildemente vestida. La puerta principal seguía dando sobre la hoy calle de Molina Lario, y por ella se pasaba al Patio de los Naranjos. El piso de la primitiva iglesia estaba encima de la superficie de la calle, como aun hoy día; unas escaleras daban acceso al claustro y, a uno y otro lado de la puerta, y sobre él existían varias habitaciones, una de ellas llamada de la Sala Grande. En un acta de Cabildo se habló, inclusive, de usar estas habitaciones como sitio de reposo para ciertos enfermos recien salidos del hospital.Al conquistar los cristianos la ciudad, entraron en ella los Reyes el día siguiente y, consagrada la mezquita Mayor en iglesia por don Pedro Gonzalez de Mendoza, Cardenal de España, en compañía de fray Hernando de Talavera, obispo de Avila; don Pedro de Rexamo, obispo de Badajoz, y don García de Valdevieso, obispo de León, entraron en solemne procesión acompañados de toda su corte, asistiendo a una misa que ahí celebró su Capilla con toda solemnidad. A la Mezquita Mayor donde se ha hecho el nuevo y suntuoso edificio que se prosigue en fábrica (1622) dieron el nombre de Santa María de la Encarnación. Esto dice textualmente fray Martín de Roa, mencionando luego que el título de la Encarnación se lo daba la reina, siempre, a la iglesia Mayor.
principio utilizaron los cristianos la Mezquita original sin cambiar su estructura, haciendo sólo las reformas más necesarias. Esto es, colocando altares, pendones, imágenes para el culto. Según Al Bakri, la Mezquita de Málaga tenía cinco naves, posiblemente una principal, llevando al mirhab, y dos laterales, más dos axiales. Lo que sí es seguro es que fue fundada por Mu awya Ibn Salik al Hadrami, un emigrado Sirio que era hombre de confianza del primer emir cordobés. La iglesia vieja ocupaba sólo una parte de la mezquita, ubicada sobre los emplazamientos del Sagrario, la galería y algunas capillas. Lo demás eran dependencias y oficinas  En 1498 se hizo la bellísima portada gótica, en el lienzo de la ex mezquita que se hallaba en frente al hoy hospital Santo Tomás, entonces mesón. La construcción de este portal fue por mediación del obispo Pedro de Toledo, que mandó además poner ahí sus escudos. Muy pronto se comenzó a erigir altares, haciendo mención de éstos Medina Conde. Parece ser el más antiguo, después del altar Mayor, el de la capilla de Santa Agueda o de Avila, construido en 1496. Al comenzar las obras de la nueva iglesia en 1528, poco a poco se trasladaron los altares, pero algunos desaparecieron y de otros quedaron sólo vestigios, imágenes o cuadros. Según Medina Conde, había en primer lugar: el Altar Mayor. De esta capilla sólo conocemos que en ella fue colocada la imagen de Nuestra Señora de los Reyes, ignorando la forma del altar, aunque se hace referencia a una verja.
Se supone que estaba ahí el sepulcro de bronce del arzobispo de Salema, don Luis de Torres. que: hoy se encuentra en la capilla de San Francisco, siendo concedido a la noble familia de los Torres. Capilla de las Reliquias. Sólo sabemos que se situaba: muy cerca del altar mayor, ya que se prohibía decir misa simultáneamente en los dos altares. Capilla, de Santa Agueda o de Avila. Fundada por doña Marina Martín, madre del canónigo Cristóbal de Avila. fue dotada ya en 1496, por el canónigo Juan de Montoro para el culto de Santa Agueda. De ésta santa sólo se conserva en la iglesia nueva un cuadro con su efigie. Capilla de San Sebastián. Medina Conde no la menciona, pero da cuenta de una lápida sepulcral que existía junto a la puerta de las Cadenas, y en la que constaba fue fundada por el canonigo Sebastián de Zurita. Se trasladó a la nueva iglesia en 1600.
Capilla de la Quinta Angustia. Unicamente, dice Medina Conde, que, en la vacante del Señor Toledo, se concedió el 23 de agosto de 1499, al canónigo Francisco de Alcaraz, para que la adornase y en ella hiciera su enterramiento. Capilla de Santa Cecilia. El canónigo Francisco de Melgar, Maestre Escuela de la Santa Iglesia Catedral, construyó y dotó una capilla a Santa Cecilia en 1514. No consta que esta capilla fuera trasladada a la iglesia nueva. Capilla de Nuestra Señora de los Remedios. Fue fundada en 1520 por la viuda Catalina Hernández, siendo acabada en 1532. Sólo se conservaba una imagen, ya que este altar no fue trasladado a la iglesia nueva. Capilla de Ntra. Sra. de Montserrat o de los Catalanes. Sólo se conoce su existencia por las actas del Cabildo, mencionándola en 1511. Capilla de San Gregario. Fundada en 1511, se hallaba al lado de la epístola del Altar Mayor, y su nave, pequeña y de estilo gótico, se conserva todavía en nuestros días, formando el descanso de la escalera de la que fue oficina de la Fábrica Mayor y antes Sala Capitular. Su piso era más elevado que el jardín y que la iglesia del Sagrario. Capilla de Santa Bárbara. Erigida durante el pontificado de Diego Ramírez de Haro en 1515 y reedificada bajo César Riario, construyéndose el hermoso retablo de estilo gótico que se encuentra en la iglesia nueva.
Capilla de los Libros. Su existencia sólo está probada por una acta del Cabildo en 1533. de las Cadenas, sobre la cual mandó inscribir: NOVISCUM HIC, HABITAT COELO QUI REGNAT BERNARDO MANR­QUE PROESULE. Las obras de la iglesia se detie­nen sobre el año 1546, pero en 1551 se comienza una segunda fa­se. Esta vez no hay dudas sobre los planos, puesto que son de An­drés de Vandelvira, bajo la apro­bación de Hernán Ruiz de Córdoba. Con ellos se inician obras netamente renacentistas, destacando la elevación de un segundo cuerpo sobre el principal es decir, construido sobre el cornisamento, dando a ambos igual importancia y terminando la obra en el techo con una labor finísima. Fue necesario el derribo de muchas casas de alrededor para la ampliación del nuevo edificio. Curioso detalle es que, durante la construcción de la iglesia, se usó el agua de un pozo que se encontraba en la hoy capilla del Pilar, recientemente reconstruida, llamándose por esta razón, durante muchos años, el altar del Pozo.
En 1587 se acabó la obra principal bajo el pontificado del obispo Francisco Pacheco de Córdoba, y el templo fue dedicado bajo García de Haro, el 31 de agosto de 1588. Sin embargo, faltaba el coro, y el obispo hizo levantar una empalizada de madera en la nave mayor para instalarlo ahí, haciendo venir para tal fin a Fernán Ruiz de Córdoba y a Cristóbal de Rojas, de Cádiz.
De este coro no queda nada, ya que posteriormente fue derribado. Comienza en la iglesia antigua, cuyo trazado nos es desconocido. Algo debía haber habido, aunque sencillo, ya que las mezquitas no ofrecen disposiciones para coros, siendo desconocido en ellas. Parece ser que su ubicación fue el sitio que ocupa hoy el altar Mayor, llamándose con tal motivo las capillas de alrededor capillas del trascoro; el altar Mayor de la primitiva iglesia se hallaba donde hoy el coro. Después del coro erigido bajo García de Haro, se prosiguieron obras totalmente nuevas, que terminaron en 1662, interviniendo en ellas primeramente Ortiz de Vargas y José Micael Alfaro. Durante muchos años se ha creído que éste último fue de origen italiano, siendo esta hipótesis completamente falsa, ya que sus padres eran oriundos de Zaragoza. Se empleó madera de cedro, caoba y granadillo, procedente de América. Al morir Alfaro fue contratado en 1658 Pedro de Mena, que talló cuarenta tableros por la suma de 40.000 reales. Micael Alfaro murió en mayo de 1650, encontrándose su sepultura en la iglesia de Santiago.
Fue el autor del San Pedro y San Pablo que se hallan sobre las sillas de los asistentes a cada lado de la silla prelacial que luce las armas del obispo Antonio Enríquez; igualmente de diferentes tableros del coro. Otras figuras se atribuyen a Alonso Cano, siendo el fastiol, construido en 1654, obra de Fernando Ortiz; entre éste y el trono hay un atril de bronce que repre­senta un águila y fue realizada en 1681. Encima cuelga una hermosa araña de Bohemia de 1766. El coro es una de las piezas más valiosas de la Catedral, habiéndo­se hecho un estudio últimamente sobre cada uno de sus tableros y tallas. Lo único que verdaderameflte lla­ma la atención es la hermosa figura de Nuestra Señora de las Angustias, obra de los hermanos Pissanis, de Florencia, instalada en 1800. A cada lado, obras de Salazar, de 1802, imitando mármol. Hay además cuatro altares laterales, cuyas figuras y tallas se atribuyen a Salvador León o León el Viejo.
Las obras de la Catedral continuaron con muchas interrupciones. El coro se acabó en 1631, bajo la dirección de Pero Díaz de Palacio, que fue maestro aparejador cuando estuvo dirigiendo las obras de la iglesia Diego de Vergara. En las fechas comprendidas en· tre 1665 y 1692, se pusieron de nuevo en marcha las obras, quedando interrumpidas otra vez, posiblemente por motivos políticos, hasta 1719. En este año, habiéndose constatado desperfectos debidos a las infiltraciones de la Iluvia, recomenzaron de nuevo. En 1721 se comenzó la torre, bajo la dirección de José de Bada, que encontró dificultades técnicas para su construcción debido a errores en la estructura del edificio; sin embargo, se terminaron los cuer­pos inferiores de las dos torres en 1735. Inmediatamente se procede a la obra de la Portada Principal. Una torre no llegó a terminarse; de ahí el apodo cariñoso dado a la Catedral de la «Manquita».
La tradición malagueña afirma que los dineros destinados a terminar esta torre fueron enviados a América para ayudar en la Guerra de Independencia. La otra torre se terminó en 1769 y tiene una placa en la que se lee: "Esta torre se acabó el dya tres de agosto del año mil setecientos sesenta y nueve, y tiene de alto desde la superficie de la calle hasta la extremedad del arpón ciento diez varas y media castellanas". En la Sala Capitular se pueden ver los planos de Bada. fechados en 1738. La verja se colocó en 1783 y es obra del maestro rejero Luis Gómez, que hizo igualmente las otras verjas. Los leones de mármol que rematan la balaustrada son obra de Agustín Valero, en 1772. La puerta principal es monu­mental, de estilo renacentista; junto a ella, dos puertas laterales en maderas nobles, con bellísimas tallas de Ortiz de Valdevieso representando la Anunciación y los lirios simbólicos. Sin embargo, el dibujo de la puerta principal se debe a Ventura Rodríguez, labrado por VilIanueva en 1764. Toda la fa­chada está revestida de ricos mármoles; sobre I a s puertas, tres grandes medio relieves; en su mitad, el medallón del arcángel Ga­briel, en mármol blanco, anuncian­do el misterio de la Encarnación a María, que, según algunos, es obra de Villanueva. A los lados, encima de las dos puertas latera¡es, se encuentran medallones representando a los santos patrones de Málaga, Ciriaco y Paula, obra de Salazar. En el museo de la Catedral se ve un grabado que lleva 67 fecha de 1784 y fue hecho por el arquitecto Antonio Ramos; en él aparece la fachada completa, con las dos torres en el frontón, rematada por un templete y figuras alegóricas, las cuales nunca llegaron a construirse.















16 de abril de 2012

HISTORIA Y NACIMIENTO DEL GRUPO MUSICAL MALAGUEÑO "LOS GRITOS "

Fallece Pepín Sierra, guitarrista rítmico del mítico grupo Los Gritos
GRUPO  MALAGUEÑO  " LOS  GRITOS"

GRUPO  MALAGUEÑO  LOS  GRITOS  CON  UN  TODAVIA  DESCONOCIDO  JULIO  IGLESIA  DESPUÉS DE GANAR EL   10  FESTIVAL  DE  MUSICA  DE BENIDOR







" LOS  GRITOS "  DE  IZQUIERDA  A DERECHA  :  MANOLO  GALVAN , FRANCISCO  DOBLAS  VEGA , JOSE  RAMON  MORENO  MUÑOZ  " TIMMY " ,JOSE   SIERRA  BLANCO  "  PEPIN"








"  LOS  GRITOS  " EN  LA  SALA  CONSULADO  DE MADRID



EL  GRUPO" LOS  GRITOS "  FORMO  PARTE  DE UNA EDICION  ESPECIAL  DE  GRUPOS  FAMOSOS EN  UNA  BARAJA  ESPAÑOLA


ACTUARON EN LA PELICULA DE PACO  MARTINEZ  SORIA "  ABUELO  MADE IN  SPAIN "


AGRADECER  A LA PAGINA  " EL  GUATEQUE .NET " POR  COLABORAR  CON  LAS  FOTOS   , GRACIAS
















Los Gritos fue un grupo de pop formado en Torremolinos a finales de los años 60 por Manolo Galván
los veranos de la Costa del Sol concitaban a músicos en busca de sacarse unas pelas en sus múltiples salas. Cuatro de esos músicos pertenecientes a tres conjuntos distintos se conocen en Torremolinos y deciden comenzar una nueva aventura. Tres de ellos son andaluces:Francisco Doblas (guitarra de punteo), José Sierra -Pepín- (guitarra rítmica) y José Ramón Muñoz -Timmy- (batería). Pero el auténtico líder va a ser desde el principio el alicantino Manolo Galván (cantante y bajo).
Al finalizar el verano se trasladan a Granada, donde alcanzan un cierto renombre a base de actuar en salones de bailes. Animados por ese incipiente éxito viajan a Madrid y en la capital van a pinchar en hueso. Siete meses y un solo contrato. Los componentes del grupo pasan hambre, entendida no como una figura retórica, sino como un agudo dolor de estómago. Tiran la toalla. Manolo Galván se queda trabajando en algunos conjuntos madrileños y sus tres compañeros vuelven al verano malagueño.
Cuando Los Gritos ya eran puro olvido, Manolo regresa a la Costa del Sol con unos ahorros en el bolsillo y decidido a reflotar Los Gritos. Comienzan de nuevo a actuar juntos y el manager Ignacio Medina se fija en ellos y los presenta a la casa Belter. Este sello prepara su gente para el Festival de Benidorm y les propone participar con el tema “Los Molinos de La Mancha” como segundos intérpretes de un primer espada del sello, el cantanteMichel. En aquellos festivales se premiaban canciones y cada una estaba defendida por dos intérpretes. Con prisas, la casa Columbia busca un segundo intérprete para acompañar a un compositor y cantante inédito en el que tenían una gran confianza. El tema en cuestión era “La vida sigue igual” y el cantante no es otro que Julio Iglesias. En primera ronda son eliminados en su envite junto a Michel, pero el 17 de julio de 1968 Julio Iglesias y Los Gritos ganaban con sus dos versiones de “La vida sigue igual” el X Festival de Benidorm. El resto de la mitología señala el premio de 15.000 pesetas recibidas por cada uno de los dos intérpretes ganadores, la ascensión rápida del tema en las listas de ventas en ambas versiones y la consolidación de la noche a la mañana de Los Gritos como uno de los grupos punteros del pop nacional.
Un par de meses después el conjunto van a alcanzar el segundo puesto en el I Festival Internacional de Málaga con la canción propia: “Vuelvo a mi tierra”. Entre tanto, la versión de Los Gritos de “La vida sigue igual” vende menos que la de su compositor, pero alcanza el top 5 en ventas, lo cual no está nada mal para un singleprimerizo.
En el invierno del 69 vuelven a Madrid, ya como triunfadores, actuando como figuras en las salas de la cadena Consulado y haciendo apariciones televisivas. Graban discos realmente interesantes y con una amplia versatilidad de estilos. Forman parte del elenco de la película: “Abuelo Made in Spain” (Pedro Lazaga, 1969). Se suceden temas de una calidad más que aceptable con influencias soul: “Tusset Street”sicodélica: “Veo visiones”o con baladas de altos vuelos como: “Adiós verano, adiós amor”, con la que concurren por segunda vez a Benidorm . Son discos que no rompen en grandes éxitos, pero que mantienen al conjunto malagueño en el candelero de las emisoras de radio y venden lo suficiente para propiciar nuevos encargos y grabaciones. Al final de la temporada, Pepín Sierra deja el grupo y es sustituido por el guitarrista Antonio Rueda.
En 1970 van a alcanzar con el tema propio: “Sentado en la estación” el tercer premio en el Festival de Atlántico, celebrado en las Canarias y van a seguir con la fiebre de las galas por toda España.
A nadie pasa desapercibido que Manolo Galván es por sí solo más de la mitad del grupo: canta, compone, toca el bajo y la guitarra, lleva la voz cantante en las entrevistas… A finales de 1970, Manolo Galván va a dejar el grupo para comenzar una importante carrera en solitario cantando sus propias canciones a partir de 1972. Entre medias formará un nuevo grupo, La Zarzamora, con los que grabará algunos singles producidos por Juan Pardo. El resto del descabezado grupo va a hacer distintas probaturas para desaparecer definitivamente algunos meses más tarde.




13 de abril de 2012

HISTORIA DE LA " REVISTA MALAGUEÑA LA SAETA "

Número 1 de La Saeta

PRIMER  NUMERO  DE LA REVISTA  


La revista “LA SAETA” fue fundada por el periodista y publicista Francisco Morales López en 1922, año en el que se puso a la venta por primera vez. La revista, con carácter anual, mantuvo su periodicidad hasta 1935, en que dejó de difundirse para volver a editarse en 1947 -precisamente cuando se cumplía el XXV aniversario de su aparición-, bajo la dirección del abogado y periodista Sebastián Souvirón Utrera.
Durante los años 1948, 1949 y 1950, este órgano de información no tuvo una persona física que estuviese al frente, sino una Comisión de Propaganda de la Agrupación de Cofradías que contó con la cooperación de la Dirección General de Propaganda.
El periodista Antonio Bueno Muñoz, propietario de Anuncios Diana, se encargó de las ediciones de 1951 y 1952 y, al año siguiente, Francisco Morales López se hizo nuevamente cargo de la revista hasta 1968, falleciendo fechas después.
A partir de 1969 y hasta 1981, quedó como única publicación de Semana Santa la revista denominada “Guión”, creada en 1942 por José Bueno Higueras y continuada por su hijo, el referido Antonio Bueno Muñoz.
Los primeros pasos que se dieron a nivel agrupacionista para la recuperación de la cabecera de “LA SAETA”, tuvieron lugar en la Junta de Gobierno celebrada el 8 de junio de 1981. Sin embargo, no sería hasta la reunión del 17 de agosto de ese año, cuando el presidente Francisco Fernández Verni tomase la palabra para exponer: “(...) se ha estado pensando el nombre del Boletín de la Agrupación y por la presidencia lo más idóneo es rescatar el antiguo nombre de la Saeta, dicho nombre fue puesto a la publicación que empezara D. Francisco Morales, luego la Saeta fue editada por la Agrupación y con el paso del tiempo fue nuevamente editada por el Sr. Morales para luego desaparecer. De dicho nombre se han estado haciendo averiguaciones a través de esta presidencia y no está registrado, por lo cual no existe el menor inconveniente en volver a ponerlo. También en época del Sr. Atencia García dentro de la Delegación de Cultura dejó pagados los derechos de publicación de un boletín a favor de la Agrupación, lo cual hoy sigue en vigor”.
A continuación, se produjo un pequeño debate en el que: “(...) los presentes testimonian que el nombre de la Saeta es el más idóneo, la propuesta es aprobada por todos los presentes”.
Meses después, concretamente el 17 de diciembre de 1981, se presentaba el primer número -el 0- de la revista, por el jurista y cofrade de las Reales Cofradías Fusionadas, Andrés Oliva García, en el Salón de Actos del Museo Diocesano de Arte Sacro, ubicado en el recinto del Palacio Episcopal.
La salida del número 0 y la posterior impresión del número 1, en el mes de febrero de 1982, motivaron que la familia Bueno -propietaria de la revista “Guión” como queda indicado-, emitiera un comunicado el 19 de marzo de ese año en el diario “Sur” en el que se decía: “Desde hace 39 años, la empresa Publicidad Diana ha venido editando la revista de Semana Santa <Guión>, asumiendo un gran esfuerzo económico por auténtico malagueñismo, con el anhelo de que nuestra Semana Santa poseyera un órgano exaltador de esa gran tradición en la que valía la pena perseverar. Al ser ya una realidad espléndida <La Saeta>, órgano oficial de la Agrupación de Cofradías, y a fin de evitar siquiera una mínima competencia, se ha estimado oportuno, con verdadero pesar, que <Guión> suspenda por ahora el contacto con sus lectores y entregue el testigo fiel portavoz de la Semana Santa malagueña, en el sincero deseo de que la revista de la Agrupación logre su propósito de llegar a ser una publicación tan moderna como completa”.
Desde entonces, “LA SAETA” ha salido anualmente, caracterizándose, principalmente, por ser una revista cuaresmal, aunque se efectuaran algunos intentos en los primeros tiempos -sin apenas resultados positivos-, de ampliarla a otras épocas del año. Sin embargo, a partir de 1999 y bajo la presidencia de Clemente Solo de Zaldívar López, se inició una nueva etapa al realizarse una doble tirada: “LA SAETA” de Cuaresma y “LA SAETA” de Otoño, auspiciada por el actual Consejo de Redacción.
En estos treinta años de historia (1981-2011), contados aquí de manera resumida, la publicación ha tenido siete directores de los que damos cuenta: Francisco García Muñoz (de noviembre de 1981 a febrero de 1982, dirigió los números 0 y 1), Pedro Luis Gómez Carmona (de marzo de 1982 a marzo de 1983, coordinó los números 2 al 7, correspondiendo el 2 y 3 y el 6 y 7 a dos ejemplares extraordinarios), Rafael Salcedo Sánchez (de marzo de 1984 a marzo de 1988, publicó los números 8 al 12), Carlos Rueda Cassola (de marzo de 1989 a marzo de 1990, promovió los números 13 y 14), Jesús Alberto Castellanos Guerrero (marzo 1991, estuvo al frente del número 15), Federico Fernández Basurte (de septiembre de 1991 a marzo de 1997, se encargó de las ediciones de los números 16 al 21) y Andrés Camino Romero, nombrado en octubre de 1997 y que continúa en la actualidad.