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29 de noviembre de 2012

HISTORIAS DE LAS FAMILIAS MALAGUEÑAS MAS IMPORTANTES DE MALAGA



FAMILIA  TAILLEFER


Eugene Taillefer Desmonceaux,nacido en Francia el dia 10 de marzo de 1834 ,hijo de Pierre Auguste Taillefer Auguste y de Josephine Julie Desmonceau Clausse ,fue el primer miembro de esta familia en llegar a España contratado por Don Manuel Gutierrez de la Concha Irigoyen ,Marques del Duero en 1861 en su condicion de ingeniero agricola ,para que dirigiera una granja experimental en la provincia de Malaga,lo que dio origen al altual pueblo de San Pedro de Alcantara, en ella se emplearon por primera vez posiblemente los locomoviles ,que son el origen de los tractores actuales, Eugene Taillefer llego soltero a España y se caso con una joven de Coin llamada Maria Fuensanta Panyagua Alezandre, Eugene vivio en Coin hasta su muerte acaecida el 14 de enero de 1873 ,
Su hijo Augusto Taillefer Panyagua, nacido en Coin el 6 de octubre de 1868,seria el que iniciara los negocios de la familia ,emigro a Argentina y comenzo alli siendo listero en la Fabrica Nacional de Tabacos ,y mucho tenia que valer porque tennimo siendo el Presidente del Consejo de administracion de la compañia ,en Argentina conocio a Teresa Gil Perez, de Villamartin (Cadiz) ,tambien emigrante con sus padres Francisco Gil Astudillo y Margarita Perez Vazquez se caso en Buenos Aires el 31 de diciembre de 1895 ,poco tiempo despues al final del XlX volvieron a Coin durante poco tiempo,para despues residir definitivamente en Malaga capital viviendo en varios domicilios , hasta su muerte acaecida en su finca " La Herradura" en la carretera de Colmenar el 8 de agosto de 1938 a los 69 años de edad.



Obra de construccion de la centra electrica de San Augusto ,para la empresa Taillefer
Anuncio de corte de suministro para reparacion del 19 de diciembre de 1962

La empresa Taillefer fue constituida en 1908 ,dedicándose al sector de la electricidad,comprando y construyendo centrales eléctricas en Coin ,que pron







FAMILIA   LORING



Jorge Enrique Loring y Oyarzábal,(1822-1900), apellido originario de la Lorena francesa. Nació en Málaga, un nueve de agosto de 1822. Era el tercero de nueve hermanos. Su infancia transcurrió en Málaga, marchando posteriormente a cursar ingenieria de caminos canales y puertos en la universidad de Harvard, Estados Unidos. Se casó con Amalia, décima hija del matrimonio entre el industrial Manuel Agustín Heredia e Isabel Livermore Salas.
D. Jorge Loring llegó a metas muy altas de poderio económico, industrial, financiero, político y cultural en Málaga. Fundó el periódico "El Correo de Andalucía" y regentó los altos hornos de Málaga, la ferrería "La Constancia" y una fundición de plomo. En 1844 el matrimonio poseía una gran fortuna y participó como socio fundador del Banco de Málaga con las famílias Heredia y Larios. También intervino en la política, dentro de las corrientes conservadoras, fue nombrado diputado en varias ocasiones por el distrito de la Alameda, amigo de D. Antonio Cánovas del Castillo.

Dña. Amalia HerediaAmplió durante su cargo en la Biblioteca Sociedad Amigos del País en un gran número sus volúmenes. La afición de D. Jorge Enrique Loring por la Arqueología y la Botánica hacen de su familia un referente en aquella época. Sus barcos navegaban por el atlántico adquiriendo un rico patrimonio de arqueológico y de todo tipo de plantas exóticas, de ahí la variedad en su casa de la Finca de la Concepción. Muere el 11 de febrero de 1900. Amalia 2 años más tarde.
Queremos destacar, el inmenso patrimonio del Museo Loringiano, depositado actualmente en: la Finca la Concepción, Museo Arqueológico de Málaga, Alcazaba, el panteón de la familia Echevarria en Bilbao y sobre todo los bronces jurídicos de la Lex Flavia Malacitana, y Lex Flavia Salpensana vendidas en 1897 al Museo Arqueológico Nacional. La Familia Loring en éste último tramo de su vida pasó dificultades económicas al sostener todo su emporio industrial y mercantil principalmente por el mantenimiento de las minas en Bélmez y sus inversiones millonarias en los ferrocarriles.

Don Jorge Loring el primero por la izquierda y su mujer Amalia Heredia jugando a las cartas en casa.
Don Jorge Loring el primero por la izquierda y su mujer Amalia Heredia jugando a las cartas en casa.
Sus negocios más importantes se centraron en torno a los ferrocarriles, entre ellos la participación en el de Córdoba-Málaga, Ferrrocarriles Andaluces en 1877, El ferrocarril de Utrera-Morón-Osuna, Osuna-la Roda, Campillos-Granada. Tambien intervendría en líneas de Almería y de Alicante a Murcia. En la provincia de Córdoba inició la explotación de la mina "Esperanza" de Belmez y adquirió la Unión Carbonífera y del Metal de Belmez y Espiel, así como otras minas de hulla en Montoro, Hornachuelos, etc.
Amalia Heredia, ya desde la infancia recibió una educación propia de la burguesía de la época: ambiente refinado, fuerte creencia en el catolicismo, viajes al extranjero e inclinación por las bellas artes. Se erigió en una mujer culta e inteligente. Su hija Amalia contrajo matrimonio con Francisco Silvela, político durante el periodo de la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena y el reinado de Alfonso XIII. Fue jefe del partido conservador, trás el asesinato de Cánovas en 1897, presidente del consejo de ministros, nombrado ministro de Gobernación en el Gabinete de Martínez Campos en 1879.


FAMILIA   HUELIN




Uno de estos Huelin ingleses dejó Southampton para navegar hasta Málaga. Corría el año 1770 y nuestro hombre se llamaba Guillermo Huelin Siver. En Málaga se casó con una malagueña de origen irlandés, Josefa Mandly, y tuvieron siete hijos
De la segunda generación de esta saga de comerciantes hay que destacar a Guillermo Huelin Mandly, que compaginó su vida en Málaga con estancias en Río de Janeiro y Montevideo, según recuerda el historiador Manuel Muñoz, que destaca que en 1826 estableció casa de comercio con Manuel Agustín Heredia.
De la siguiente generación hay que mencionar a Matías Huelin Reissig, que en 1854 compró la famosa hacienda de El Cónsul y allí moriría en 1897.
Otro famoso de la familia fue Eduardo Huelin Reissig, el conocido hombre de negocios que en sus terrenos próximos a su fábrica de azúcar, en un cañaveral vecino de las fábrica textil de los Larios y los altos hornos de los Heredia, levantaría el barrio obrero de Huelin, dándoles casas individuales a los trabajadores, como en Inglaterra, en lugar de los clásicos barracones. En 1875 cedió al Ayuntamiento las calles resultantes entre las casas, luego llamadas Lope de Vega, Caramba, Grau, Valero, Marquina, Embajadores, Río, Castany, Acequia...
Pero la huella de los Huelin en la historia ha recorrido muchas etapas. Uno de sus miembros se casó con Enriqueta Neuman, tía de la emperatriz Eugenia de Montijo; los Huelin están muy presentes en la Cofradía de Viñeros, en los altos hornos de Marbella o en las minas de Almería. Precisamente, este último negocio no prosperó por una deuda contraída con los Rostchild a comienzos de los años 20, y también destaca en la historia de Málaga el capitán Agustín Huelin, que en el 36 inició en la ciudad la sublevación contra la República.
Tampoco puede olvidarse aquí la tradición de sacerdotes jesuitas que hay en la familia, cinco de ellos en las últimas generaciones. Uno de ellos, Enrique Huelin, fallecido el año pasado a los 93 años, ha dejado en Málaga una importante obra social. El sacerdote malagueño llegó a recorrer América de punta a punta con su trabajo, conoció a Fidel Castro, al Che y llegó a dar misa a los Kennedy aunque en sus memorias cuenta que de quienes más aprendió fue de las personas que apenas tenían nada para vivir.
También resuena en la Transición este importante apellido de la mano del diputado malagueño de UCD Ignacio Huelin Vallejo.





FAMILIA       MANUEL   AGUSTIN  HEREDIA   HEREDIA







Manuel Agustín Heredia, 1786-1846, cuya estatua corona la avenida que lleva su nombre (más conocida como Muelle de Heredia), vino a Málaga a trabajar y acabó montando un imperio. Ferretero por excelencia.
Nació en Rabanera de Cameros (La Rioja) el día 4 de mayo de 1786. Fue el mayor de cinco hermanos. Hombre de negocios e industrias, senador del reino e influyente personaje; de Manuel Agustín Heredia Martínez se cuenta que prestó apellido a los gitanos de sus ferrerías y talleres. Su llegada a Málaga hay que situarla en los primeros años del s. XIX, cuando ya huérfano, contando 15 años de edad, le vemos en Vélez-Málaga, donde encontró empleo en un negocio de ultramarinos, que no iba demasiado bien y que, mediante un trabajo concienzudo y entusiasta, logró enderezar.
Sus primeras empresas las funda en 1808, al llevar a cabo la creación de sociedades en Vélez-Málaga y en Gibraltar. Los primeros altos hornos se sitúan en Málaga, que contaba con yacimientos ferrosos en Ojen y Marbella. La empresa La Constancia (1826) se creo al objeto de explotar estos yacimientos, pero dificultades técnicas retrasaron el funcionamiento de sus 2 factorías: La Concepción y La Constancia, un nuevo emplazamiento siderúrgico situado en la playa de San Andrés, destinado a instalaciones de afinado. Se adaptaron procedimientos de fundición ingleses, los más modernos y los más caros.
Fue una iniciativa de Manuel Agustín de Heredia, exportador de aceite y vino, enriquecido con la exportación de grafito, miembro de la Cámara de Comercio y promotor del Banco de Málaga. Son negocios relacionados con frutos secos y vinos, que le hacen viajar de manera permanente. Se casa el 12 de abril de 1813 con Isabel Livermore, que marcó su definitivo enraizamiento con la clase burguesa malagueña. Crea en 1826 las sociedades El Ángel y La Concepción, a orillas de Río Verde y adquiere los derechos sobre las extracciones, comprado al irlandés O´Shea el martinete que construyó casi a pie de mina. Inicia las actividades de la ferrería y ante la necesidad de traer carbón que viniese de Asturias ó Inglaterra, Heredia pensó en desdoblar la producción, ya que su porte hasta Marbella desde el puerto de Málaga suponía un gasto extraordinario. Por eso fundó otra ferrería en Málaga, La Constancia, que estaba en las playas de San Andrés. Así en La Concepción se obtenía hierro colado (básico) y en La Constancia se afinaba. En ella encontraron trabajo cientos de malagueños, entre los cuales se hallaban numerosos que pertenecían a la etnia calé leyenda o historia, el caso fue que Heredia tuvo que mandar a Inglaterra a no pocos de aquellos gitanos con el fin de que se adiestraran en la laminación del hierro, ya pensando en La Constancia, que fundaría después en la propia Málaga. Pero como ninguno de ellos tenía "papeles", Manuel Agustín los preparó dando a cada uno de ellos su propio apellido, de manera que, todavía hoy, muchos descendientes de los citados "Heredia" afirman ser parientes de don Manuel Agustín. El éxito alcanzado en los hierros le impulsa a adentrarse en otras ramas metalurgicas. En 1837 adquiere "Coliman, Lambert and Company" de Londres, la antigua fundición de plomo de "Rein y CIA" en Adraque se mantiene a la cabeza de todas las españolas. Y el mismo año de su muerte sienta las bases de la futura industria textil algodoneraque bajo el nombre de "Industria Malagueña" formará uno de los vértices de apoyo financiero de la casa Larios junto con las explotaciones vinícolas y la caña de azúcar.
Málaga a finales del siglo XVIII era una ciudad a la que concurrieron extranjeros a establecer diversos negocios, holandeses, ingleses y otro movimiento peninsular en el que sobresale la familia Heredia y la familia Larios

La Concepción y El Ángel, establecieron dos ferrerías en un paraje situado en la margen derecha del rio Verde, cerca de su desembocadura, en principio para satisfacer la La zona de la desembocadura del Guadalmedina y las playas de San Andrés eran los sectores de mayor densidad industrial (1900) demanda de hierro de la industria tonelera para el envasado de los productos agrícolas destinados a la exportación. Los primeros años de vida de estas fundiciones se caracterizaron por las dificultades para obtener hierro de calidad a precio rentable. Muchos socios, desanimados, abandonaron las empresas. Uno de ellos fue más perseverante. Manuel Agustín Heredia se dedicó al comercio, y en 1823 era el comerciante más poderoso de la ciudad, pero poco después se inició en la industria. Para resolver los problemas planteados, Heredia acudió a un experto militar en fundiciones, que sustituyó los bajos hornos iniciales (que producían directamente el hierro forjado), por hornos altos (productores de hierro colado) y hornos "pudler" (para el afinado posterior de la primera fundición). De esta forma se obtuvieron resultados satisfactorios. Se puede asegurar que las fábricas de Heredia en 1841 daban empleo a 2.500 personas y que La Constancia llegó a tener cinco altos hornos, veintidós pudler, dieciocho calderas y veintidós máquinas de vapor. En 1846, las familias Heredia y Larios fundaron Industria Malagueña S.A., empresa destinada a la fabricación de hilados y tejidos de algodón, lino y cáñamo.
La fábrica estaba situada en el camino de Churriana, cerca de La Constancia, y sus instalaciones comprendían talleres, oficinas, almacenes, locales de reparación y viviendas para los empleados en sus proximidades. Disponía de husos de selfactina y telares mecánicos, y utilizaba el vapor y la iluminación con gas. A comienzo de los años sesenta trabajaban en ella 1.500 personas, la mayoría mujeres. Era el segundo establecimiento de su clase en España. El éxito de la primera fábrica algodonera hizo que diez años después se iniciara la construcción de una segunda, La Aurora, propiedad de Carlos Larios. Estaba situada entre amplios jardines poblados de plantas exóticas, para cuya conservación existía un gran invernadero y una estufa. La crisis agraria y la competencia catalana afectaron gravemente al sector textil malagueño hasta tal punto que la fábrica La Aurora desaparecería en 1905. La principal zona industrial de la ciudad se situaba en el margen oeste del rio Guadalmedina, en las playas de San Andrés. En este lugar se instalaron, junto a las ya citadas, otras muchas como la Fábrica de Gas, la Industria Lapeira Metalgraf (de estampaciones en hoja de lata en Calle Ayala), la industria de vehículos Taillefer, de harinas Castel, la Fábrica de Tabacos, de curtidos, sombrerería, pinturas, vinos, licores, alimenticias en general, y la estación de ferrocarril. También, en estos terrenos se construyeron viviendas para los trabajadores de las fábricas. Estos barrios obreros, como El Bulto, La Pelusa, el nuevo Perchel, Huelin o San Andrés. La siderurgia malagueña mantuvo su impulso hasta 1865, pero los problemas que acabarían con ella venían de atrás. Su gran obstáculo fue la energía. La imposibilidad de surtirse de combustible barato impidió sostener la competencia con los altos hornos del cantábrico. El carbón, llegaba demasiado caro al puerto de Málaga, ya fuera asturiano o inglés. La gran esperanza para los ferreteros malagueños fue el carbón cordobés del valle del Guadiaro. Como última opción, esperaron a la terminación de la línea ferroviaria que uniría la fábricas malagueñas con las minas de Bélmez. Desgraciadamente, la tardanza llevó al cierre a las empresas malagueñas. Además, el transporte del carbón resultó más caro de los previsto, con lo cual los precios de fabricación seguían siendo muy altos.
En 1884 cerró la fundición de rio Verde. En 1891 lo hizo La Constancia de Málaga. El último encendido de los altos hornos malagueños se produjo en los años de la guerra mundial. La gran demanda generada por las necesidades del conflicto bélico hizo posible que unas plantas desfasadas funcionaran una vez más, pero terminada la contienda los altos hornos se apagaron de nuevo, esta vez para siempre. Con la crisis, hubo un importante interés de los empresarios malagueños por la inversión azucarera en el cultivo de caña de azúcar, interés debido no tanto al declive siderúrgico y textil, sino a la aparición de una circunstancias objetivas favorables a esta industria. Pero, de nuevo, la dura competencia de la remolacha, de la vega granadina y la fuerte caída del precio del azúcar dieron al traste con este sector industrial. Mientras tiene lugar la crisis siderúrgica en los años centrales del siglo XIX, la mayoría de los sectores industriales mostraban buena salud, sobre todo el sector agrario, gracias a la creciente demanda de vino y pasas desde el siglo XVIII y a su fácil comercialización en el exterior. Una vez más, la filoxera, detectada por primera vez en Moclinejo en 1878, dió un fuerte varapalo económico hasta tal punto de desarticular toda la estructura económica de la zona. Ésta es la historia de la incipiente revolución industrial española, que se hizo en el sur, donde Manuel Agustín Heredia, que empezó como dependiente en una casa de comercio en Vélez-Málaga, acabó siendo uno de los grandes empresarios del siglo XIX. Practicó el comercio por todo el mundo con sus 12 buques en los que llevaba «productos agrícolas y minerales de la región (vinos, pasas, aceite, etc) e importando manufacturas y artículos coloniales», en lo que se refiere a la flota marítima de su propiedad, entre cuyas representaciones figura la fragata "Isabel", los bergantines "Heredia", "Isabel 2ª", "Amalia", "Paquete malagueño", "Henrique", "Manuel", "Monte Carmelo", "Telémaco", "Ricardo", "Thomas", así como el queche "Matilde", el velachero "San Francisco de Paula", la goleta "Pepita" y la chata "Santa Bárbara". De los Heredia y los Loring, Málaga conserva el jardín La Concepción. Pero hubo una finca original con este nombre en Marbella. Allí donde Manuel Agustín Heredia revolucionó la industria siderúrgica creando unos altos hornos que abastecían de hierro a toda España. Murió a los sesenta años de pulmonía en 1846.


FAMILIA   RUIZ    PICASSO




Los primeros miembros conocidos del linaje paterno de Pablo Ruiz Picasso no se apellidaron Ruiz, sino León. El más antiguo de ellos fue el hidalgo Juan de León, que vivió en Cogolludo (Guadalajara) y probablemente murió en la batalla de Loja, en 1486. Uno de sus descendientes se trasladó a Villafranca de Córdoba, y el hijo de éste a la ciudad de la Mezquita, dedicado al oficio de latonero. Fue en el siglo XVII cuando se perdió el apellido León: al parecer, no era raro en la época que se impusiera arbitrariamente a los hijos apellidos distintos a los propios; así ocurrió con Gaspar León de la Romera, nacido en 1670, quien tomó el de su padrino, Ruiz.

Su nieto, José Ruiz de Fuentes, fue comerciante de tejidos, tintorero, músico aficionado y administrador del Conde de la Camorra. Su esposa, Mª Josefa Almoguera, provenía de una familia de plateros cordobeses, que dio también al mundo priores, obispos, ermitaños y notarios. El matrimonio residió en Málaga desde 1808. El tercero de sus hijos, Diego Ruiz de Almoguera (Córdoba, 1799-Málaga, 1876), fue el abuelo paterno de Picasso.

Dedicado a regentar un comercio de guantes y marroquinería, Diego Ruiz fue también contrabajo en la orquesta del Teatro Municipal –heredando la inclinación musical de su padre-, contertulio en el Liceo, hombre conversador y animoso, aficionado a la caza y con inclinaciones para la pintura. Casado en 1820 con María de la Paz Blasco Echevarría (Málaga, 1800-1860), tuvo once hijos, de los que José, el padre de Picasso, fue el octavo; demostró su amor a las artes matriculando a dos de ellos, Pablo y José, en las clases gratuitas de pintura impartidas en el Instituto por José García Chicano.

María de la Paz Blasco Echevarría contaba entre sus antepasados y familiares con alcaldes, altos cargos cofrades y concejales del ayuntamiento. Uno de sus sobrinos y primo, por tanto, del padre de Picasso, fue el abogado Juan Nepomuceno Blasco Barroso; con su esposa María de los Remedios Alarcón, oficiarían en 1881 como padrinos del bautizo de Pablo. De sus once hijos, debemos destacar a  Carmen  y a Manuel. Carmen Blasco (Málaga, 1882-1927) está considerada, junto a Ángeles Méndez Gil, en La Coruña, uno de los amores adolescentes de Picasso. La relación, iniciada en el verano de 1896, jamás llegó a prosperar, entre otras cosas porque la reserva y discreción burguesas de la muchacha estaban muy lejos del carácter cada vez más liberal y bohemio del joven artista. La última vez que se vieron fue en enero de 1901, durante la breve de éste en Málaga; Carmen se casó, años más tarde, con Fernando Roldán Salcedo.

Manuel Blasco Alarcón (Málaga, 1899-Torremolinos, 1992) fue autor de dos libros sobre su primo segundo: “Picasso insólito” y “Picasso para niños”. Su único encuentro con él tuvo lugar en Mougins, el 29 de septiembre de 1968. En los años 50 abrió en Málaga una tienda de antigüedades, célebre por sus tertulias literarias y artísticas. Asentado en Torremolinos desde 1960, inició al año siguiente su carrera como pintor naïf.

Volviendo al matrimonio Ruiz Blasco, detallaremos el nombre de sus hijos. La mayor de ellos fue Josefa (Málaga, 1825-1901), “la tía Pepa”, retratada al óleo por Picasso en 1896. Se caracterizaba por su fuerte genio, sus excentricidades y extremada religiosidad. Vivió unos meses con sus hermanos Matilde y José en la Plaza de la Merced, hasta la boda de éste (1880), momento en el que pasó a depender de los cuidados de otro de los hermanos, Salvador. Su muerte coincidió con los días de la última visita de Picasso a Málaga, en 1901.

Mercedes (Málaga, 1826-1853) murió con 30 años, soltera, de tisis tuberculosa.

Diego (Málaga, 1830-Cádiz, 1884) fue secretario particular del duque de Osuna y artista aficionado: pintaba bodegones e imágenes de santos y copiaba a Rubens y Velázquez. Casado con una gaditana, Trinidad Pastorino Magariño, murió sin descendencia.

De Manuela no se conoce la fecha de nacimiento; murió muy joven, antes de 1838.

Pablo Ruiz Blasco (Málaga, 1833-1879) se dedicó al sacerdocio, aunque también cultivó su gusto por las artes (recordemos que había recibido clases de pintura con su hermano José) coleccionando esculturas y cuadros religiosos. Canónigo licenciado en Teología, en 1861 fue nombrado beneficiado de la catedral malagueña y en 1874 obtuvo en ella la canonjía lectoral, siendo Catedrático de Lógica del Seminario malagueño en 1876. En este mismo año, se hizo cargo de sus hermanos al producirse la muerte de don Diego Ruiz de Almoguera. Fallecido dos años antes de que Picasso naciera, en su recuerdo recibió su nombre de pila.

Matilde (Málaga, 1836-Alhaurín de la Torre, 1906), también con dotes artísticas, se casó con José Serrano González, molinero de Alhaurín (que ya tenía un hijo, José Serrano Reyes, de un matrimonio anterior).

Candelaria (Málaga, 1837-1856) murió con sólo 19 años, a causa de la tisis tuberculosa, aunque la tradición familiar hablaba de que fue víctima de “unos amores contrariados”.

José Ruiz Blasco (Málaga, 1838-Barcelona, 1913), padre de Picasso, era muy alto y delgado, pelirrojo, pálido, pecoso; estas características hicieron que fuera apodado “el inglés”. De porte elegante y encanto especial, en su juventud era ingenioso y bromista pertinaz. Fue un “ dandy” aficionado a los toros y al cante flamenco, frecuentador de cafés y de los burdeles, según algunos biógrafos. Tras pasar por las clases de dibujo del pintor García Chicano en el Instituto, en 1851 continuó como alumno de la recién inaugurada Escuela de Bellas Artes de Málaga, en una época en la que comenzaba una época dorada para la pintura en la ciudad. Obtuvo premios en el Liceo en 1862 y 1872, y se especializó en los temas de animales (aves, especialmente) y naturalezas muertas, sin conseguir destacar especialmente entre sus contemporáneos, pero adquiriendo cierto peso en los círculos artísticos locales y manteniendo gran amistad con sus principales representantes. En 1875, José Ruiz fue contratado como profesor sustituto en la asignatura de Dibujo Lineal y de Adorno; y en 1879 consiguió su nombramiento como Profesor Ayudante de dicha especialidad. En diciembre de ese mismo año, fue también designado conservador y restaurador del Museo Municipal, en cuya sede habilitó un pequeño taller para la realización de sus propias obras; no obstante, este cargo estuvo sujeto a una gran inestablidad. 1879 fue también la fecha en que alquiló un piso en el número 36 de las Casas de Campos, en la Plaza de la Merced, junto a sus hermanas solteras Josefa y Matilde. Según tradición familiar, José tuvo una prometida que falleció; tiempo después, comenzó a cortejar a Amelia Picasso, pero sus planes cambiaron al conocer a su prima, María Picasso López. El 8 de diciembre de 1880, el maduro profesor contrajo al fin matrimonio con ella, al parecer más por la insistencia de sus hermanos que por su propio gusto. Tuvieron tres hijos: Pablo, Dolores y María de la Concepción. Profesionalmente, José Ruiz aspiraba a poder ascender a catedrático (su sueldo de Ayudante era modesto, en una Escuela que sufría constantes problemas económicos), pero era casi imposible por la competencia de otros pintores, y por elló fijó su objetivo fuera: en 1884, 1887 y 1890, solicitó una vacante existente en la Escuela de Bellas Artes de La Coruña, logrando ser nombrado profesor numerario de la Cátedra de Dibujo de Adorno y Figura en abril de 1891. Se trasladó a La Coruña junto a su familia en octubre de ese año. Más tarde optó al puesto de profesor en la Escuela de la Llotja en Barcelona, mudándose de nuevo con su mujer y sus hijos en 1895 a la Ciudad Condal. Allí murió, el 3 de mayo de 1913, siendo el único de los hermanos que quedaba con vida.

Eloísa (Málaga, 1840-1909) casó con Antonio Suárez Pizarro, que aparece en las crónicas de infancia de Picasso como hombre que ocasionalmente paseaba con sus sobrinos, lo recogía del parvulario o participaba en alguna de sus fiestas infantiles; además, compartía con su cuñado José la pasión por las aves.

María de la Paz (Málaga, 1843-1907) casó con el comerciante José Padrón Arteaga.

Salvador Ruiz Blasco (Málaga, 1844-1908), el menor de los hermanos, estudió Medicina en Granada, donde casó en 1876 con Concepción Marín. Tuvieron dos hijas: Concepción (1876-1952) y María de la Paz Ruiz-Blasco Marín (1878-1952); una complicación en el parto de ésta condujo en pocos días a la muerte de la madre. Médico de Sanidad marítima del puerto malagueño, trabajó durante un tiempo en el lazareto de Mahón, cofundador, de regreso a su ciudad, el Instituto de Vacunación. Hombre de múltiples ocupaciones de carácter benéfico y entusiasta de las artes, fue uno de los miembros de la familia que más apoyó económicamente la carrera del joven Picasso. A su colección pertenecieron los óleos de su sobrino La Primera Comunión (1896), El monaguillo (1896) y Ciencia y Caridad (1897), que pasaron en 1918 a Lola, su sobrina y hermana del artista; sus herederos los donaron en 1970 al Museo Picasso de Barcelona. En 1896, contrajo matrimonio con Adelaida Martínez Loring, perteneciente a la alta burguesía malagueña.
Nieto de Salvador Ruiz, hijo de María de la Paz Ruiz-Blasco Marín y Ricardo Müller, fue Ricardo Huelin y Ruiz-Blasco (Málaga, 1912-1991), autor del libro “Pablo Ruiz Picasso” (1975), donde estudia la niñez malagueña del pintor y su saga familiar. Funcionario del Ministerio de Comercio y académico de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, se dedicó a la investigación histórica. Vivió durante una temporada con su tía segunda Lola Ruiz Picasso en Barcelona, tras el fallecimiento en 1952 de su madre y su tía Concepción.

APELLIDO     PICASSO








El apellido “Picasso” proviene de la Liguria italiana, donde se mantiene en vigor hoy en día. Se tiene amplia noticia de un pintor llamado Matteo Picasso (1794-1879), nacido en Recco (Génova), de estilo neoclásico tardío, dedicado especialmente al retrato. Aunque se sospecha de su parentesco con la rama de los antepasados del artista malagueño, las investigaciones no han llegado a determinarlo con seguridad. Dicha rama directa procede de Sori (Génova), pudiendo remontarse hasta un tal Tommaso Picasso (1728-1813). Su hijo Giovanni Battista, casado con Isabella Musante, fue el tatarabuelo de Pablo. De este matrimonio nació, entre otros seis hijos, Tommaso (Sori, 1787-Málaga, 1851), marino que probablemente sufrió en primera persona las consecuencias de la anexión de Génova al imperio napoleónico en 1805. Los navegantes habían de elegir: bien se limitaban a la ruta con Marsella, bien adoptaban la bandera de Malta o de Inglaterra para poder desarrollar sus actividades en otros puertos, enemigos de Francia. Tomás parece haber optado por esta posibilidad, pues hacia 1807 lo encontramos establecido en Málaga, junto a su hermano Giovanni Luigi, y es más: casado en 1810 con María Guardeño (Cabra (Córdoba), 1798-Málaga, 1869), hacia los años 40 del siglo constan él y sus dos hijos varones como súbditos británicos en varias relaciones del consulado inglés de la ciudad. Tomás fue alumno del Colegio de Náutica y, posteriormente, capitán de un queche perteneciente a la flota de don Manuel Agustín Heredia.

El primero de sus seis hijos fue Juan Bautista Picasso Guardeño, marino y capitán de buques; su único descendiente varón es especialmente reseñable: el general Juan Picasso González (Málaga, 1857-Madrid, 1935), que ha pasado a la historia como el autor del “Informe Picasso”, relativo a las responsabilidades del desastre de Annual de 1921. Dicho informe provocó la caída del gobierno y el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera en 1923; nombrado Hijo Predilecto de Málaga en 1922, Pablo llegó a conocerlo y tratarlo, siendo como era primo de su madre. La sexta y ultima hija de Juan Bautista Picasso fue Amelia Picasso González, que fue cortejada por José Ruiz Blasco antes de conocer a su prima, María Picasso.

El quinto de los hijos de Tomás Picasso y María Guardeño fue Francisco Picasso Guardeño, abuelo de Pablo. Nacido en Málaga en 1825, Sabartés afirma que estudió en Inglaterra. Comerciante de profesión, tuvo seis hijas con Inés López Robles (Málaga, 1831-1902) entre 1853 y 1863, antes de que contrajeran efectivamente matrimonio en 1864. Inés procedía de una humilde familia de barrileros del popular barrio de El Perchel, y puede que no fuera vista con buenos ojos por los Picasso, razón por la que se retrasaría tanto la boda. El resto de la historia de Francisco lo ha hecho legendario: sólo dos años después, en 1866, abandonó a su familia para irse a Cuba como funcionario en los puertos de La Habana y de Cárdenas; en 1870 fue perseguido por la justicia, con motivo de un robo de papel de estado en el que participó junto a otros oficiales de aduana. Formó una nueva familia en las Antillas (se discute y se investiga sobre sus descendientes de color), pero en 1880 dio, desde Cienfuegos, el consentimiento para que su hija María contrajese matrimonio. Falleció en el hospital de Caridad de esa ciudad, de fiebre amarilla, en completa soledad, probablemente hacia 1883. Muchos años después, sus herederos en Málaga supieron de su muerte, recibiendo los baúles con sus escasas pertenencias.
Inés López vivió en la casa de su hija María y su yerno José Ruiz Blasco, junto con otras de sus dos hijas, Eladia y Heliodora, en el número 17 de la Plaza de la Merced, entre 1884 y 1891 (fecha en que los Ruiz Picasso marcharon a La Coruña). En el verano de 1896, el artista y su familia pasaron una temporada en su casa de la Plaza de Mitjana.




FAMILIA   TEMBOURY





 En 1866, un año antes de abandonar los hermosos paisajes de los Bajos Pirineos, el pueblo francés de Viellenave de Navarrenx contaba con 300 habitantes. El joven Pierre Temboury Saint-Paul, de 16 años, decidió marchar a la próspera ciudad de Málaga en busca de una vida mejor, convirtiéndose en Pedro Temboury. Corría el año 1867.
"En Francia deja a sus padres mientras un hermano, Fermín, se marcha a Buenos Aires y el otro a Cuba, porque en el pueblo no podían vivir. Sus dos hermanas, Catherine y Euphrasie también se van a Buenos Aires", cuenta Mabel Temboury, nieta del fundador de esta saga malagueña de origen francés. Aunque lo de ´francés´ es sólo en parte, porque Mari Paz Temboury, otra nieta, precisa que existe un pueblo galés llamado Tenbury y ese nombre pudo ´afrancesarse´ por unos galeses llegados a Francia por alguna persecución religiosa.
Volviendo a nuestro protagonista, Pedro Temboury Saint-Paul se coloca en esa Málaga floreciente de dependiente en la calle San Juan y pronto comienza su ascenso profesional: en 1873, en la calle Alhóndiga abre la primera ferretería de Málaga, junto a dos socios franceses y en 1878 abre un local en calle San Juan. Cuando cumple 33 años, en 1885, se casa con Francisca Álvarez Net, de una conocida familia de negocios textiles con la que tendrá diez hijos, aunque le sobrevivirán nueve. La fama de los almacenes ´La llave´ de Pedro Temboury empieza a crecer. 
"El negocio al principio era un bazar francés, allí se vendían aparatos de cinematografía, quincalla, perfumes, camisas...", recuerda Manuel Carlos Temboury, otro nieto, que explica que conserva un libro de contabilidad de 1891 con la conversión de francos en pesetas. 
"La empresa se surtía de Francia y Alemania porque aquí, en España, no había de todo", detalla; de ahí que los hijos del comerciante francés recibieran una educación exquisita en inglés, francés y en algunos casos, en alemán, yendo a estudiar a colegios de varios países de Europa, incluida por supuesto Francia. 
Tal fue la fuerza comercial de ´La llave´ que en 1892 plantó sus reales en la nueva calle Larios, a pesar de algunos críticos, poco partidarios de que la calle se llenara de comercios. Los nietos de Pedro Temboury subrayan la tragedia del Conventico, un edificio, antiguo convento en la calle Liborio García, adquirido por su abuelo como gran almacén, y que ardió en 1901, pero Temboury seguiría adelante, con un comercio que dejaba pasmados a los malagueños con sus juguetes, bicicletas y artículos de ferretería. En 1909, su hijo Juan, estudiante en Francia, enferma gravemente y los padres acuden a auxiliarlo. Caprichos del destino, en la tierra que le vio nacer morirá de un ataque al corazón Pedro Temboury Saint-Paul. Su nieto Manuel Carlos guarda la copia de una carta en la que su abuela comunica a los hijos, que estudian en el extranjero, la complicada situación. 
Pero la segunda generación de los Temboury seguirá con el negocio, incluido Juan, el futuro conservador de la Alcazaba y nexo de unión con Picasso. Su hija Mari Paz cuenta que "desde siempre, tuvo muchísimo interés en todo lo cultural y se gastaba lo que no tenía en libros y fotografías". El actual archivo Temboury nació gracias al esfuerzo de este malagueño.
Por cierto, Mabel Temboury cuenta que los hijos del fundador de ´La llave´ "fueron declarados prófugos por el gobierno francés por no hacer en Francia el servicio militar". Lo harían en España. 
´La llave´ ardería en 1936 y renacería con un edificio de Guerrero Strachan en 1941, permaneciendo allí, frente a ´La Cosmopolita´, hasta 1984 cuando cerró definitivamente sus puertas.
En abril de este año, más de 200 Temboury se dieron cita en Madrid, descendientes de las distintas ramas que surgen de un modesto y hermoso pueblo francés. "La idea es celebrar en Málaga la próxima reunión dentro de cuatro años", explica Blanca Temboury, otra nieta. Familia de comerciantes, escritores, amantes de la cultura y directores de cine, los Temboury siguen innovando allá donde van.





FAMILIA  LOS  CREIXELL



Fotografía de los tres hermanos Creixell Luigi, nietos del fundador de La Unión Mercantil, montando a caballo en Biarritz.




 AGRADECER  A  ALFONSO   VAZQUEZ  LA  HISTORIA  DE ESTA  FAMILIA , GRACIAS.



José Creixell Olivella y Pedro Poch unieron sus fuerzas para montar en Málaga, en la calle Marqués, la imprenta Poch y Creixell, que funcionó de 1885 a 1900. Entre sus clientes se encontraba el Círculo Mercantil, del que aceptaron el reto de montar un periódico que defendiera sus conservadores intereses.

El primer número de La Unión Mercantil salió a la calle el 2 de enero de 1886 y en poco tiempo se convirtió en el diario más importante de Andalucía. Pero José Creixell, un hombre emprendedor, también puso en marcha la Casa Creixell, un bazar de objetos coloniales con almacenes en El Perchel.

Casado con Remedios de Pablo-Blanco, con la que tuvo cuatro hijos, José Creixell recibiría el primer aviso del destino en 1898, cuando sufrió un intento de asesinato de un empleado de la imprenta, el anarquista granadino Miguel Marín, que le disparó cinco veces, pero por suerte sólo le hirió en el brazo. Pedro Poch, que acudió a auxiliarle, recibió del joven una puñalada en la espalda, de la que pudo recuperarse.
Con la llegada del siglo XX, José Creixell es el único propietario del diario. El año de la ría, 1907, le pasará también factura: pierde todo el contenido de sus almacenes percheleros.

Para equilibrar los designios, dos años más tarde sacó al mercado el semanario gráfico La Unión Ilustrada, que tuvo una gran proyección no sólo en España sino también en Iberoamérica, con una ambiciosa red de corresponsales y reportajes gráficos. En 1912, cede a su hijo Antonio Creixell la propiedad del diario y el semanario. Este joven propietario, que había estudiado en París, contrajo matrimonio con Carmen Luigi y fueron padres de Antonio, José y Ángel Creixell Luigi, que estudiaron en el colegio del Palo.

Los Creixell tuvieron un alto nivel de vida y fueron los protagonistas de muchos actos sociales. En 1912 los diarios recogen un acto de homenaje poético en el Hotel Hernán Cortés (luego reformado como el Caleta Palace) en el que llegará conduciendo su Ford José Creixell Olivella, llevando de pasajeros a Arturo Reyes y Salvador Rueda.

En cuanto a su hijo, Antonio Creixell de Pablo-Blanco, fue presidente de honor de la Asociación de la Prensa, hermano mayor de honor de la Expiración y en 1924 será nombrado concejal, siendo alcalde don José Gálvez Ginachero.

La buena racha se cortará en seco en la noche del 11 al 12 de mayo de 1931. La Unión Mercantil es el diario conservador por excelencia. A las dos de la madrugada su sede de Atarazanas será rociada con gasolina por unos 30 violentos. El edificio arderá hasta la 8 de la mañana.
Idéntico destino sufrirán los almacenes que los Creixell tienen en la calle Don Íñigo, en El Perchel.

José Creixell Olivella no pudo soportar la destrucción de todos sus negocios y falleció a los dos meses, después de trasladar su residencia a Madrid.

Con gran esfuerzo, la empresa periodística volvió a ponerse en marcha en noviembre de 1931 en la calle Trinidad Grund.
Poco duraría la calma. El 20 de febrero de 1936, día de la victoria del Frente Popular, la sede sería asaltada y en julio fue de nuevo pasto de las llamas.

El propietario de La Unión Mercantil y La Unión Ilustrada y su familia marcharon a Madrid pero allí fue asesinado junto a sus tres hijos adolescentes por elementos republicanos descontrolados. El mismo destino sufrió en Málaga el hermano del propietario, Ángel Creixell de Pablo-Blanco, así como varios directivos del periódico, entre ellos el cofrade y constructor Antonio Baena Gómez.

No acabarían aquí las desdichas de una familia rota. El Lunes Santo de 1953, alrededor de las 21.30, mientras el Cautivo pasaba por la calle Nueva, un incendio acabó con la droguería y ferretería Casa Creixell, el último vestigio de medio siglo de brillantes iniciativas empresariales. Como en el interior del edificio se guardaban bidones de petroleo, se sucedieron varias explosiones y de la Casa Creixell sólo quedó el recuerdo.

El único Creixell de Pablo-Blanco que sobrevivió a los asesinatos de su familia fue José, casado con María Luisa Garay. Falleció en 1952 dejando dos hijos, Luis y Fernando. La huella de los Creixell en Málaga fue borrada por el fuego y el odio pero siempre quedará en las hemerotecas sus publicaciones, las mejores de Andalucía en su tiempo.
A


4 comentarios:

  1. Hola, soy el autor del texto sobre la familia Creixell que aparece en el blog. No hay problema en que se reproduzca por mi parte, siempre que se cite que se trata de un extracto del libro La Mirada de Málaga, de la editorial Comunicación y Turismo 2011.
    Cordialmente, Alfonso Vázquez (laciudad@epi.es)

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  2. por favor podría alguien decirme que tan común es el apellido Olave en Málaga, y si forma parte de las familias importantes de la región, de antemano os agradezco.

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  3. por favor quisiera información sobre una familia adinerada que vivio en malaga , eran los vazquez. alguien podría darme información?. gracias de antemano. son la familia de mi madre y quisiera saber algo mas de ellos.

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  4. Hola, me gustaría saber algo sobre la familia de mi padre en Málaga. La abuela se llamaba Ascensión Leal y por lo visto era o profesora de universidad o catedrática en no se cual de ellas. Mi abuelo se llamaba José Jiménez Leal y fue profesor delineante en la escuela de Renfe allí en Málaga y vivieron en la calle Ancha del Carmen. Gracias

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