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2 de mayo de 2013

HISTORIA DE LA ANTIGUA IMPRENTA MALAGUEÑA " SUR "











Imprenta Sur




Imprenta Sur


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Imprenta Sur



 La historia de la imprenta Sur va unida no ya a la historia de la impresión de poesía en Málaga sino a la historia de la poesía española del siglo XX. Fundada por Emilio Prados en 1925 (la aprobación municipal de apertura es de 29 de octubre)¹, fue lugar clave para las primeras publicaciones de buena parte de los jóvenes poetas que habrían de constituir la generación del 27. En cuanto a las publicaciones poéticas que de ella salieron, no hay una continuidad a lo largo del siglo XX. En este caso, no fue la guerra civil la que produjo una traumática interrupción en su actividad de cuidadísimas y selectas ediciones. De hecho, la imprenta Sur tiene dos momentos de especial brillantez en este campo, el primero en la segunda mitad de los años veinte, el segundo se inicia, ya en la posguerra, en 1941 y llega hasta bien entrada la década de los noventa.
Naturalmente, el prestigio de la imprenta Sur se cimenta en los escasos cuatro años (entre el otoño de 1925 y, aproximadamente, junio de 1929) en que Emilio Prados y Manuel Altolaguirre llevan a cabo una excelente labor no sólo por el estilo que imprimen a los libros allí editados sino también por el acierto en la selección de los jóvenes autores a los que publican. En tan corto tiempo, el tándem Prados-Altolaguirre logró escribir, con las dos máquinas Monopol tipo Minerva que en la imprenta había, una singular página en la historia de la edición española de poesía, con unos medios, además, relativamente modestos. Así recordaba Altolaguirre aquel espacio situado, primero y por escaso tiempo, en la calle Tomás Heredia, nº 24, y luego en la cercana calle de San Lorenzo, nº 12:

Esta primera etapa de Sur es breve y está marcada por todo lo relacionado con los nueve números de la revista Litoral (noviembre de 1926-junio de 1929): siete entregas, puesto que el dedicado a Góngora es triple. Como es sabido, en los dos últimos números (mayo y junio de 1929) se une a la dirección de la revista José María Hinojosa.
Con colaboraciones literarias, plásticas y musicales de, entre otros, Federico García Lorca, José Bergamín, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Benjamín Jarnés, Luis Cernuda, José Moreno Villa, Ramón Gómez de la Serna, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Ernesto Giménez Caballero, Adriano del Valle, Rogelio Buendía, Pedro Garfias, Juan Larrea, Manuel Ángeles Ortiz, José María Uzelai, Benjamín Palencia, Joaquín Peinado, Juan Gris, Francisco Bores, Salvador Dalí, Manuel Hugué, Pablo Picasso, Gregorio Prieto, Manuel de Falla o Gustavo Durán, además de los propios Prados, Altolaguirre e Hinojosa, la revista se convierte en uno de los medios fundamentales en la difusión de la nueva literatura. Junto a ella, la colección de libros impresos en Sur viene a reforzar ese carácter de bastión de una nueva generación de escritores. Los primeros libros que salen de Sur son de 1926 y anteriores a Litoral: Tiempo de Emilio Prados (el colofón es de 31 de diciembre de 1925, año que también figura como pie de imprenta; sin embargo, todos los investigadores coinciden en que el libro no salió antes del mes de enero siguiente) y Adán y Eva de Edgar Neville; luego vendrían, entre 1926 y 1929, los apreciadísimos once suplementos de Litoral (libros, en algunos casos iniciales, de García Lorca, Alberti, Bergamín, Cernuda, Prados, Aleixandre, Hinojosa, Josefina de la Torre, Altolaguirre, Fernando Villalón y Moreno Villa); además, al margen de estos suplementos, y fuera de colección, de allí salieron otros títulos de Prados, Altolaguirre, Hinojosa, Moreno Villa, José María Souvirón, César M. Arconada, Villalón, Muñoz Rojas o Pedro Pérez Clotet.
A pie de imprenta, junto a Prados y Altolaguirre, una figura fundamental en la historia de Sur fue el jovencísimo maquinista y luego maestro impresor, José Andrade Martín. La sorprendente actividad de esos cuatro años, decae con la desaparición de la revista Litoral; de hecho, la publicación de los tres cuadernos de Poesía que hace Altolaguirre en Málaga en 1930, salen ya de la imprentilla que el autor de Las islas invitadas se había comprado y, al parecer, tenía instalada en su propio cuarto. Algunos libros impresos en Sur y fechados a principios de los treinta (como dos del poeta jerezano Juan Miguel Pomar³ en 1930 y 1932) no están ya bajo el control de Prados Altolaguirre o Hinojosa. La imprenta, que en 1933 cambia nuevamente su sede y se instala en la Alameda Principal, sigue con trabajos de impresión de tipo comercial y, en menor medida, con la edición de libros de divulgación de diversas materias ajenas a lo poético.
Por otra parte, cuando el 8 de febrero de 1937, el ejército sublevado entra en Málaga, la imprenta pasa a depender de las fuerzas de ocupación, así, José María Amado, que más adelante (1938) estuvo al frente de la Jefatura Provincial de Prensa y Propaganda de la Falange, pasó a hacerse cargo de la antigua Sur, a la que ahora se dio el nombre de Dardo, el mismo que tuvo la revista de orientación falangista que, entre 1937 y 1939, sacó diecisiete números dirigidos por el propio Amado.
El nombre Sur pasó a denominar al nuevo periódico del movimiento que se instaló, en principio, en el mismo local que primitivamente había tenido la imprenta: calle Tomás Heredia.
La figura de Bernabé Fernández-Canivell fue fundamental en la historia de la antigua imprenta y de la edición malagueña de poesía en la década de los cincuenta. En realidad, no fundó durante esa época ninguna colección, pero se hizo cargo del cuidado tipográfico de varias iniciadas por otros, es el caso de El Arroyo de los Ángeles, fundada en 1950 por Alfonso Canales y José Salas y Guirior (ocho títulos entre 1950 y 1955: Canales, J. Mª Souvirón, Aleixande, Prados, Salas, Altolaguirre, Dámaso Alonso).