AGRADECER A " ALFONSO VAZQUEZ, este bello articulo que todo el mundo debería de leer .
La familia Díez del Río lleva cuatro generaciones a cargo de las instalaciones, recién renovadas ,pero todo empezó cuando en 1867 el farmacéutico José García Rey, subdelegado de Sanidad en Málaga y natural de Tolox, estudió las aguas termales «que se conocían aquí de siempre pero este señor se preocupó de analizarlas y dar a conocer sus poderes curativos».
Cuatro años después del análisis del farmacéutico toloxeño las aguas fueron declaradas de utilidad pública. Todavía hoy las aguas siguen saliendo a 21 grados, con un caudal de 14.500 litros diarios y 95 metros cúbicos de gases. Una característica que permite beber las aguas pero también inhalarlas y que hace del balneario el único de España especializado en curar enfermedades del aparato respiratorio como el asma o la bronquitis crónica, pero que también ofrece excelentes resultados para los enfermos de conjuntivitis, rinitis, sinusitis, cálculos en el riñón, faringitis..., con porcentajes de curación del 96% y curaciones definitivas en niños y jóvenes.
Manuel Díez del Río es la cuarta generación de su familia al frente del balneario. Su bisabuelo, Manuel del Río Cómitre, natural de Yunquera, entró en la sociedad que llevaba el hotel balneario a finales del XIX, pero el destino cambió para los socios en 1906.
«En septiembre de 1906 hubo unas tormentas muy grandes y el río (llamado de los Caballos o de los Bolos) se llevó el balneario quedando un lienzo de muro nada más. Los demás socios no tenían ganas de arriesgar y él compró tanto los derechos del agua como lo que quedaba en ruinas del balneario y el hotel», detalla su bisnieto.
La apuesta de don Manuel del Río fue un éxito. Entre los muchos detalles de su gestión añadió un retablo a la capilla del hotel, procedente de un palacete que tenía en Yunquera y al año siguiente de la tromba de agua, en 1907, construyó la primera planta del balneario actual, al que en 1931 –ya en tiempos de su hijo Manuel del Río del Río– se le añadiría una segunda planta, ofreciendo el mismo aspecto que en nuestros días.
El manantial que surte el balneario de Fuente Amargosa es una galería subterránea con una principal de 30 metros por donde fluye el agua mineral, que sale por pequeñas fisuras. A finales del XIX el agua del manantial se embotellaba con gas mediante botellas fabricadas en Londres. Precisamente de esos tiempos remoto, hasta el año pasado han estado funcionando dos máquinas de segunda mano de una fábrica de gaseosas de París para insuflar gas al agua y que hoy pueden verse de adorno en las modernas instalaciones.
La siguiente generación de la familia, formada por Consuelo del Río Labourdette y su marido, el catedrático Luis Díez Jiménez –conocido en toda España por su libro Antología del disparate– continuaron con una labor de mejora que ahora prosiguen su hijo Manuel Díez del Río y sus dos hermanos, Chelo y Luis. En total, 120 años de dedicación continua de esta familia, de los casi 150 años de historia del balneario.
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