AGRADECER LA HISTORIA A "ANA MARIA ESPINAR ".
El 27 de septiembre de 1925, el niño de cinco años Vicente Villa ,al
cruzar la calle de la Victoria, tuvo la mala fortuna de meter el pie en
los raíles que la atravesaban, quedando enganchado el tacón de la bota y
cayendo sobre la vía. Fue atropellado por el tranvía que pasaba en ese
momento, muriendo en el acto. Un guardia municipal que viajaba en
el vehículo cubrió el cadáver con un saco que le cedieron de una tienda
cercana, y después requirió el auxilio de un compañero para que se
quedase custodiando el cuerpo del infortunado niño. Cuando llegó el juez
del distrito, D. Gonzalo Fernández de Castro,y fue descubierto el
cadáver, el guardia que lo custodiaba se abalanzó sobre él besándolo y
gritando enloquecido. Era su propio hijo.
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